CATEDRAL de Cádiz
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Lugares de Interés Imprescindibles en España
La icónica Catedral de Cádiz es el edificio más emblemático de la edad de oro de la ciudad, el siglo XVIII. Fue entonces cuando un decreto real otorgó a Cádiz el monopolio de todas las riquezas procedentes del Nuevo Mundo y se decidió construir una catedral acorde al esplendor de la ciudad.
Su ubicación a orillas del mar hace que se la conozca como "Santa Cruz sobre el Mar" o "Santa Cruz sobre las Aguas”. La enorme cúpula dorada que corona el edificio brilla intensamente con la luz del sol. Incluso desde alta mar, se puede ver fácilmente su brillo dorado. La catedral, de estilo barroco, rococó y neoclásico, es una de las mejores cosas que ver en Cádiz. Aunque no entres a visitarla, asegúrate de dar un paseo por los alrededores y admirar su belleza exterior.
Lunes a sábado: 10h a 19h Domingo: 13:30h a 19h
Admisión general: 7€ Jubilados: 6€ Estudiantes (13-25 años): 5€ Niños (0-12 años): gratis * La entrada incluye acceso a toda la catedral y a la Casa de la Contaduría * Todas las entradas incluyen audio guía
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La Catedral de Cádiz destaca por su impresionante cúpula dorada que brilla de un modo singular con el reflejo de los rayos del sol. Una de nuestras cosas favoritas que hacer en Cádiz es disfrutar de las vistas de la catedral y su cúpula caminando por el Paseo del Campo del Sur, con el sonido de las olas del Atlántico rompiendo en el malecón de fondo.
La Plaza de la Catedral resulta también el lugar perfecto parar admirar la majestuosidad del templo y su fachada neoclásica. Y que mejor manera de hacerlo que relajándose a tomar algo en alguna de las terrazas de los muchos bares de la plaza.
En el interior de la catedral, llama la atención el altar mayor de estilo neoclásico, dedicado a la Inmaculada Concepción. También destaca el coro por su sillería de madera muy ornamentada. El coro está además acompañado de dos imponentes órganos, uno de ellos de finales del siglo XVI, proveniente de la catedral vieja.
Sin embargo, la cripta es probablemente el espacio más emblemático de la catedral de Cádiz. Diseñada por Vicente Acero y finalizada en 1732, constituye la parte más antigua de toda la catedral. La cripta se encuentra ubicada bajo el altar mayor y se caracteriza por su bóveda vaída, casi plana.
La bóveda otorga a la estancia una sonoridad muy especial (¡el eco es increíble!). En la cripta están enterrados obispos y gaditanos ilustres como el compositor Manuel de Falla o el escritor José María Pemán.
En el perímetro del templo, se ubican 16 capillas entre las que destacan la capilla de San Sebastián (con la escultura del Ecce Homo de Luisa Roldán) y las capillas de los patrones gaditanos San Servando y San Germán.
La visita a la Catedral de Cádiz también incluye la Torre del Reloj (o Torre de Poniente), que es una de las dos torres gemelas de la catedral. Con sus 74 metros de altura, la torre ofrece hermosas vistas de la ciudad y el océano Atlántico que la rodea.
La torre recibe su nombre del reloj que se añadió a mediados del siglo XIX. Dicho reloj ha sido restaurado recientemente y es uno de los relojes más antiguos de España.
El Museo Catedralicio de Cádiz fue inaugurado en el año 2000 y su visita está incluida en la entrada a la catedral. Está ubicado a 2 minutos a pie de la misma, en la Plaza Fray Félix. Ocupa varios edificios del siglo XVI: la torre de la catedral vieja, la Casa de la Contaduría y las Casas de los Canónigos Termineli y Rajón.
El Museo alberga una exhibición de obras de arte y esculturas, en su mayoría de carácter religioso o relacionadas con la historia de Cádiz. Destacan en particular las siguientes estancias:
La historia de la catedral de Cádiz, conocida por los gaditanos como “catedral nueva”, comienza con la de la catedral vieja. Esta antigua catedral está ubicada a 2 minutos andando de la catedral nueva. Su nombre oficial actual es Parroquia de Santa Cruz.
La catedral vieja fue construida por Alfonso X el Sabio en 1262, se cree que en el lugar hasta entonces ocupado por la mezquita musulmana. Tras someterse a varias reformas en los siglos XV y XVI, el edificio fue quemado por las tropas angloholandesas que invadieron y saquearon Cádiz en 1596.
La iglesia que vemos hoy fue construida después del incendio y consagrada como catedral en 1602. Es obra del ingeniero militar Cristóbal de Rojas, que también trabajó en las fortificaciones de Cádiz.
Con el traslado en 1717 de la Casa de la Contratación de Sevilla a Cádiz, el siglo XVIII se convertiría en el Siglo de Oro de Cádiz. La Casa de la Contratación era el establecimiento destinado al control de la actividad comercial con el Nuevo Mundo. Cádiz se convirtió así en el puerto único del comercio con las Indias, lo que generó un enorme desarrollo económico.
Teniendo en cuenta el mal estado de la catedral existente incluso tras varias reformas, el Cabildo decidió construir una nueva catedral digna del esplendor de Cádiz. La catedral se financiaría con el cuartillo (un cuarto del uno por ciento) de las mercancías llegadas del Nuevo Mundo. Debido a ello, la catedral ha sido incluso apodada la "catedral de las Américas".
Las obras de la nueva catedral de Cádiz comenzaron en 1722 bajo el mando del arquitecto Vicente Acero, que había trabajado previamente en la catedral de Granada. Acero fue capaz de combinar a la perfección la tradición arquitectónica española con el Barroco italiano.
Tras la dimisión de Acero en 1739, fue relevado sucesivamente por Gaspar Cayón, su sobrino Torcuato Cayón, Miguel Olivares y Manuel Machuca. Con el paso de los años y los distintos jefes de obra, la catedral fue cambiando de estilos: del barroco y el rococó, al clasicista y el neoclásico.
A finales del siglo XVIII Cádiz se vio afectada por la disminución del comercio con América. Esto, junto con el ambiente revolucionario de la época, hizo que se paralizaran las obras de la catedral en 1796.
Las obras de la Catedral de la Santa Cruz se reanudaron en 1832, dirigidas por el arquitecto Juan Daura. Finalmente en 1838, tras 116 años de construcción, se dieron por finalizadas las obras y la catedral de Cádiz fue consagrada. Sin embargo, a pesar de la consagración del templo, aún quedaba mucho por terminar por falta de medios económicos.
Además, debido al retraso de las obras por las crisis económicas, partes del templo quedaron expuestas al clima. Como consecuencia, y debido también a la ubicación del edificio a orillas del mar, la piedra de la catedral se ha visto afectada por una enfermedad que hace que se vaya desmoronando poco a poco.
Desde los años 70 se vienen ejecutando obras de restauración para evitar más degradación en la piedra. Pero desafortunadamente, todavía no se ha encontrado una solución definitiva. Es por eso que, a día de hoy, las bóvedas del templo están cubiertas por redes para evitar accidentes por la caída de fragmentos de piedra.
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