Al observar la Giralda, es posible ver con claridad que está formada por dos secciones bien diferenciadas. Los dos tercios inferiores datan del siglo XII, cuando era el alminar de la Mezquita de Sevilla.
En aquellos tiempos, la Giralda era una torre almohade de 82 m de altura. Su construcción se inspiró en minaretes similares en Rabat y Marrakech, Marruecos (muchos de los cuales siguen en pie hoy en día).
Debido a su belleza, su singular arquitectura también ha servido de inspiración para torres de todo el mundo. Por ejemplo, hay un réplica de la Giralda de 40 m de altura en el centro comercial Country Club Plaza de Kansas City (ciudad hermanada con Sevilla).
Cuando los cristianos reconquistaron Sevilla en 1248, la mezquita se convirtió en iglesia y el alminar en campanario. En el siglo XVI, la torre se amplió hasta alcanzar los 104 m de altura. El responsable del proyecto fue Hernán Ruiz, quien añadió un completo cuerpo de campanas.
Hasta el día de hoy, la Giralda cuenta con 24 campanas – no hay ninguna otra iglesia en España con más campanas.
En el punto más alto de la torre se añadió una estatua de bronze que representa el triunfo de la fe cristiana y que funciona como veleta o “giralda.” Y es esta figura, que con el tiempo pasó a conocerse como Giraldillo, la que le dio nombre a este famoso monumento.
Además de haber sido utilizada para llamar a la oración tanto a musulmanes como a cristianos, la torre ha servido muchos otros propósitos a lo largo de la historia. Sus habitaciones interiores funcionaron como vivienda para el guardián y los campaneros de la torre.
También fue utilizada como torre de vigilancia e incluso se usó para almacenar grano. En el siglo XV, se instaló un reloj en ella. El mecanismo del reloj se conserva en el interior de la Giralda y se puede ver durante la visita.
¿CÓMO SUBIR A LA GIRALDA?
El acceso a la Giralda está incluido en la entrada general de la catedral de Sevilla, cuyo nombre oficial es Catedral de Santa María de la Sede. Sin embargo, una vez dentro de la catedral, probablemente tendrás que hacer cola para subir a la torre. No es raro tardar por lo menos 45 minutos en llegar al punto más alto.
No hay ascensor ni escaleras. En su lugar, una amplia rampa asciende en círculo hasta el punto más alto. Para ser más exactos, se trata en concreto de una serie de 35 rampas.
Fue el Imán de la Mezquita quien diseñó el acceso lo suficientemente espacioso como para que un caballo pudiera maniobrar por él. Así él podía llegar cómodamente hasta el punto más alto para realizar la llamada a la oración.
Aunque todo depende de tu edad y condición física, la subida no es difícil. Por suerte hay ventanas que permiten asomarse de vez en cuando. También hay un par de pequeñas salas de exposición que contienen artefactos relacionados con el edificio y su historia.
Como la Giralda es la estructura más alta del casco antiguo de Sevilla, las vistas son panorámicas. Al oeste se encuentra el patio de los Naranjos, al este la plaza de la Virgen de los Reyes, al norte la calle Placentines y al sur la plaza del Triunfo.
Sin embargo, la torre es mucho más alta que el resto de los edificios circundantes, lo que hace se vean muchos tejados. La visita guiada a las cubiertas de la catedral ofrece mejores vistas ya que no se asciende tanto como en la Giralda.
Si quieres disfrutar de unas vistas más íntimas de la ciudad y no quieres subir andando, no te pierdas el mirador de las Setas de Sevilla al que se accede en ascensor. Además, está siempre mucho menos concurrido que la Giralda.