ÉPOCAS ROMANA Y VISIGODA
En el año 197 a.C., Córdoba se convirtió en la capital de la provincia romana conocida como Hispania Ulterior. El comercio con Roma era constante y el río Guadalquivir facilitaba el acceso al interior de la provincia. Para gestionar el flujo de mercancías, se estableció una aduana a orillas del río donde hoy se encuentra el Alcázar.
Con el paso del tiempo, se construyeron murallas y un castillo para proteger el puente y el puerto. Los restos de este primer castillo fueron descubiertos durante unas excavaciones en 2002 y pueden verse en el Patio de las Mujeres.
ÉPOCA ÁRABE
En el año 711, el sur de España fue invadido por musulmanes provenientes del norte de África.
Poco después se construyó el Alcázar Andalusí (o Alcázar Omeya) sobre los cimientos del castillo romano. Este palacio se utilizó como residencia real durante varios siglos.
Sin embargo, con la construcción de la nueva ciudad imperial de Medina Azahara, la sede del poder soberano se trasladó fuera del alcázar cordobés. Sin embargo, no tardó mucho en regresar y en él permaneció hasta que tuvo lugar el colapso del califato.
COMIENZO DE LA ERA CRISTIANA
Las fuerzas cristianas reconquistaron Córdoba en 1236. El alcázar fue entonces declarado residencia oficial del rey. Alfonso X inició las reformas del complejo, pero fue su hijo, Alfonso XI, quien llevó a cabo la mayor parte de las obras.
A finales del siglo XV, los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, vivieron en el alcázar durante 10 años. Por eso en la actualidad es conocido como el Alcázar de los Reyes Cristianos. En él se reunieron con Cristóbal Colón (en la Torre del Homenaje) para discutir sobre su viaje a la India.
También durante su estancia en el Alcázar de Córdoba, los monarcas organizaron la reconquista del resto de la Península Ibérica. Esto condujo a la toma de Granada en 1492 y a la expulsión de los musulmanes de España que se produjo poco después.
Estatua de los Reyes Católicos y Cristóbal Colón en los jardines del Alcázar
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INQUISICIÓN
La Inquisición española fue creada por los Reyes Católicos en 1482 tras un decreto papal del Papa Sixto IV. Uno de sus principales objetivos era frenar las prácticas judaizantes de los católicos conversos. Una vez finalizada la reconquista de España, los Reyes Católicos cedieron el alcázar a la Iglesia, que lo convirtió en sede de la Inquisición.
El interior del Alcázar de Córdoba se reestructuró por completo. El armonioso carácter palaciego del castillo, tal y como lo disfrutaban los reyes anteriores, se convirtió en un oscuro y tenebroso infierno. Se construyeron celdas para los prisioneros, así como salas de tortura.
Uno de los personajes más terribles de la historia del alcázar fue el sacerdote Diego Rodríguez Lucero, nombrado inquisidor de Córdoba en 1499.
Además de demoler las casas de la ciudad que consideraba sinagogas, también torturó a sus víctimas y es responsable de quemar vivas a cientos de personas. En sólo 4 años, condenó a más de 200 personas a ser quemadas vivas en la hoguera.
El 22 de diciembre de 1504, Lucero quemó a 107 personas por ser judaizantes en lo que hoy es la plaza de la Corredera. El testimonio del suceso dice que "cuando quemó a ciento siete hombres, éstos gritaban a Dios y a la Virgen que los perdonara y decían que nunca habían cometido el pecado de herejía, y llamaban a los escribanos para que dieran testimonio de que habían muerto como cristianos católicos y en la fe de Jesucristo".
Muralla del Alcázar de los Reyes Cristianos
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Durante varios años, multitud de nobles y caballeros pidieron al rey Fernando que detuviera a Lucero, pero sus ruegos no fueron escuchados. No se sabe a ciencia cierta por qué el rey no puso fin a tanta crueldad. Pero lo que sí es cierto es que la monarquía fue la gran beneficiaria de los bienes confiscados durante la Inquisición.
El 9 de noviembre de 1506, la población cordobesa, cansada de la crueldad de la Inquisición, invadió el alcázar y liberó a más de 400 prisioneros. Lucero quemó sus aparatos de tortura y huyó a Sevilla a lomos de una mula.
Llegó a ser juzgado por sus falsas acusaciones y declarado culpable por el Gran Inquisidor. Sin embargo, poco después fue restituido en su cargo de sacerdote en Sevilla.
HISTORIA MODERNA
En 1812, tras la abolición de la Inquisición, el Alcázar se convirtió en una cárcel local. En 1931, fue declarado monumento nacional y fue utilizado por el ejército. Finalmente, en 1955, fue cedido al gobierno local.